El Palacio Real de Cagliari: un Real Sitio en el centro del Mediterráneo (II)

Por Javier Revilla Canora (IULCE-UAM)

En la anterior entrada, presentamos el reino de Cerdeña de una forma general, recorriendo los siglos de su Historia desde la Baja Edad Media y el periodo de los Giudicati, que tanta importancia tuvo para el devenir de la organización política y social del reino, hasta su plena incorporación a la Monarquía de los Austria en tiempos del Emperador Carlos. Yendo de lo general a lo particular, en estas líneas hablaremos de la principal ciudad de la isla, destacando el barrio noble en el que se desarrollaban los actos más importantes de la vida política, social y religiosa del Reino de Cerdeña.

Cagliari “es la cabeza del reino, la cual tiene un puerto de mar bellísimo, por ser seguro de los peligros y capacísimo, a donde de ordinario los que pasan por Italia y Levante llegan aquí para proveerse de lo necesario. Está muy fortificada de baluartes, torres y murallas”. La roca, que se alza frente a la Bahía de los Ángeles más de cien metros, era conocida como Castel di Castro o castello por parte de los pisanos, quienes comenzaron a instalarse en la zona en 1217. Esta fisionomía del castello, como vemos, se inserta dentro de la tradición de ciudades fortificadas situadas en un promontorio, con claros fines defensivos. De esta época datan los lienzos de las murallas, de gran potencia, que enmarcan el sector noble de la ciudad. También a este periodo corresponden las torres que aún permanecen inmutables en la actualidad: la Torre dell’Aquila, la del Elefante y la de San Pancrazio. La primera, se encuentra integrada en una construcción posterior, el Palazzo Boyl; las dos últimas constituyen focos de atracción turística por las impresionantes vistas que ofrecen tanto de la ciudad como de la bahía. La Torre del Elefante es especialmente significativa, pues durante el gobierno de los Habsburgo fue empleada como cárcel. De sus muros colgaron los cuerpos de los reos ajusticiados como intimidatoria advertencia.

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Xilografía de la Torre del Elefante, Giuseppe Barberis, 1895
Xilografía del Palazzo di Città, Giuseppe Barberis, 1895
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Xilografía de la Torre de San Pancrazio, Giuseppe Barberis, 1895

En sintonía con la cultura urbana de las ciudades-estado del Doscientos, la vida de la Cagliari pisana giraba en torno al palazzo di città o Ayuntamiento, sede de los organismos económicos, de justicia y de cancillería. Su construcción data, como otros muchos edificios de la zona, del siglo XIII-XIV, aunque su aspecto actual se debe a las obras realizadas durante el siglo XVIII. Cumplió estas mismas funciones hasta comienzos del siglo XX, en que se trasladó la sede al impresionante edificio estilo Liberty-Neogótico situado en Piazza Mattoti. En la colocación de su primera piedra estuvieron presentes los monarcas italianos Umbrerto I y Margarita de Saboya.

Las sedes de las instituciones de administración política del reino se situaban en torno a la plaza del Palacio y a la Plazuela, hoy llamada Piazza Carlo Alberto. La zona mantiene todavía intacta su distribución original, a pesar de la modificación o desaparición de algunos espacios, consecuencia de los bombardeos de 1943. La traza urbana se divide en filas de parcelas alargadas, encajadas en un sistema de calles paralelas y curvilíneas que se van adaptando a la orografía sinuosa de la montaña. Estas vías conectaban las dos puertas de acceso a la ciudad fortificada; una, emplazada en la parte norte junto a la Torre de San Pancrazio, y otra en la parte sur de la roca, que se corresponde con la Torre del Elefante.

En el castello residían las principales familias de la nobleza regnícola, muchos de cuyos miembros ocupaban cargos en las instituciones de poder o servían como consejeros de los virreyes. Sus palacios se situaban en las inmediaciones de los principales edificios de gobierno. La secuencia ininterrumpida de residencias, ocultaba el sistema de pequeñas huertas y recogidos jardines privados, con acceso desde la parte trasera de la propiedad.

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Vista de Cagliari de S. Münster, Cosmografía Universal, Basilea, 1550

La zona también albergó edificios religiosos como conventos, iglesias o el palacio episcopal, aunque la principal construcción es la catedral metropolitana de Santa María de la Asunción (en italiano Santa Maria Assunta) y Santa Cecilia. Su construcción comenzó a principios del siglo XIII, en estilo románico pisano. Durante el siglo XVII se llevaron a cabo importantes obras en el santuario: las promovidas por el arzobispo Francisco de Esquivel, efectuadas para acoger los cuerpos de los santos mártires, en los años veinte del siglo; las emprendidas por Pedro de Vico, a finales de la década de 1660, encaminadas no sólo a adaptar el templo a los gustos barrocos, sino a promover la imagen religiosa y política del propio Vico. Con ocasión de las celebraciones por la finalización de tan magna labor, en 1674, se publicó la obra titulada Sacra invocación de Apolo. En ella, se recogen varios poemas dedicados a la magnificencia del nuevo templo y, sobre todo, a ensalzar la figura del arzobispo de la siguiente manera:

Dychoso Vico pues eterno nombre

vinculas en el templo que erigiste

con injurias del tiempo que venciste

perpetuando tu fama y tu renombre.

A entrambos polos razon es que asombre

esta empressa tan ardua que emprehendiste

y pues que del empeño ya saliste

tan airoso inmortal mi voz te nombre

Otros edificios religiosos de importancia que se situaron en la zona, y que en la actualidad se conservan, son el monasterio de Santa Lucía (actualmente en uso para una escuela), la Basílica de Santa Cruz, que formaba parte del complejo del Colegio de la Compañía de Jesús, o las iglesias de la Purísima Concepción o la de Nuestra Señora de la Esperanza. En esta última se encuentra la capilla de los marqueses de Laconi, una de las principales del reino de Cerdeña. El panorama arquitectónico lo completa la erección del monumental complejo que hoy supone el edificio del Rectorado de la Universidad de Cagliari y la Biblioteca, ambos construidos en estilo tardo-barroco, creados a instancias del monarca Carlo Emmanuele III.

En este breve apunte sobre el sector noble de Cagliari, hemos podido esbozar cómo la trama urbana tan tupida reunía a todas las sedes del poder del reino de Cerdeña. Catedral, Ayuntamiento, Universidad, palacios nobiliarios, conventos, pero ¿y el Palacio Real? Sobre el principal edificio del poder político del reino y su historia hablaremos en la siguiente entrada.

 

Bibliografía básica

 

  • Bruno Anatra, Antonello Mattone y Raimondo Turtas, L’età moderna. Dagli aragonesi alla fine del dominio spagnolo, Milano, Jaca Book, 1989
  • Francesco Manconi, Cerdeña. Un reino de la Corona de Aragón bajo los Austrias, Valencia, Publicaciones de la Universidad de Valencia, 2010
  • Giovanni Murgia y Gianfranco Tore, Europa e Mediterraneo. Politica, istituzioni e società, Milán, Franco Angeli, 2013
  • Michele Pintus, Quartieri storici. Castello. Cagliari, Silvana Editoriale, 1985
  • Cenza Thermes, Castello, Cagliari, Zonza Editori, 2007
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Catedral de Santa María y Palazo di Città en la actualidad