Eleno de Céspedes: La médico de El Escorial

Por Roberto Morales Estévez (IULCE-UAM) y Miriam Rodríguez Contreras (IULCE-UAM)

Indudablemente el caso más conocido de mujeres que se hicieron pasar por hombres en la España de los Austria fue Catalina de Erauso, más conocida por la monja alférez.

Pero hubo otra tan fascinante como ella. Hablamos de Elena o Eleno de Céspedes, un caso de hermafroditismo del siglo XVI recogido por la Inquisición. Esta fascinante mujer morisca y antigua esclava, luchó por la España cristiana en la Guerra de las Alpujarras y no dudó en casarse con otra mujer en su lucha por ser reconocida como hombre. Desgraciadamente para ella, terminó siendo juzgada por la Inquisición y encontrada culpable, entre otras cosas, de bigamia y pacto demoniaco. En 1588 fue condenada a doscientos azotes y a servir durante diez años en un hospital.

Sobre su hermafroditismo y su lucha por ser reconocida como hombre han corrido ríos de tinta en muchos trabajos. Hoy queremos traerla porque esta mujer además consiguió, muy posiblemente disfrazada de hombre, la proeza de sacar dos títulos: uno de cirugía y otro para poder sangrar y purgar. Antes incluso de sacar los títulos, esta fascinante mujer llegó a tener tanto prestigio que trabajó en el Hospital de Corte o de Nuestra Señora del Buen Suceso, y trató a Vicente Obregón, criado de su majestad y uno de los maestros de cantería y albañilería de más prestigio en las obras de El Escorial.

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Moriscos del reino de Granada, Christoph Weiditz (1529)

Cómo llegó aquí Eleno es algo que la documentación no deja claro. La Casa Real contaba con su propio personal médico. Felipe II dotó a los trabajadores de El Escorial con su propio hospital, que contaba con cincuenta camas y con una zona reservada a los criados, como Obregón, conocida como la enfermería del monasterio, situada en la segunda planta del centro.

En 1579 la obra contaba con al menos tres mil trabajadores, por lo que el hospital de cincuenta camas debió de ser insuficiente. Por tal motivo, se reclamaron a Madrid más especialistas, algebristas, sanadores y cirujanos, corriendo la corona con las costas del viaje y sus servicios.

El Doctor Mongastón cree que Eleno acudió a El Escorial como ayudante u oficial de un cirujano de obras con contrato fijo, ya que a estos se les exigía contar tales ayudantes.

En cualquier caso la fama personal de Eleno queda fuera de toda duda cuando el criado de su majestad le reclamó al caer enfermo a principios de 1580. De nada sirvieron las buenas artes de Eleno, ya que Vicente moriría sin completar los trabajos de la fachada del Colegio, por lo que su viuda, Inés Vázquez, quedó endeudada por 3.250  reales que ya había cobrado su marido sin completar su trabajo. La viuda no tuvo que hacer frente a tal deuda, ya que la Congregación de la Fábrica la eximió de tal carga y le dio por libre “por el mucho aprecio” que se le tenía en El Escorial.

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Detalle de la Puerta del Sol y del conjunto del Buen Suceso, Plano de Texeira (1556)

Tras la muerte de su paciente, Eleno se apercibió de la enorme necesidad que había de personal médico y, como otros muchos, se quedó ejerciendo su arte en torno a la obra del Rey prudente. Su estancia en El Escorial acabó de manera abrupta, ya que fue acusado de curar sin licencia. Eleno creyó que ya estaba siendo aceptado como hombre y marchó a la Corte para hacerse con los títulos que, a su juicio, le darían por fin el tan ansiado reconocimiento como hombre y católico.

Eleno había pospuesto presentarse a tal prueba tres años antes, consciente de que su ambigüedad sexual sería un escollo insalvable, pero la acusación de intrusismo médico podía crearle aún más problemas, por lo que hacer el examen pasó a ser una cuestión vital para él.

Aquí hemos de resaltar la proeza de que una antigua esclava morisca consiguiera, en 1581, obtener ambos títulos y contar con una no desdeñable biblioteca médica para la época demostrando con ello que además sabía leer y escribir.

Tras obtener los títulos, y consciente de la enorme competencia que había en la Corte, Eleno inició un periplo por diversos pueblos cercanos a la Corte ofreciendo sus servicios. En Ciempozuelos nuestro protagonista cayó enfermo, posiblemente por sus incansables viajes y trabajos, y allí fue atendido y cuidado con enorme cariño por algunos vecinos. Residió en la casa de un tal Francisco del Caño y sería su hija, María del Caño, la que parece ser que se hizo más cargo de Eleno.

Fruto de esta convalecencia nació una relación entre ambos que Eleno, tras muchos trabajos, consiguió formalizar casándose el 11 de mayo 1586 en Yepes. Eleno se mudaría con su mujer a Ocaña por motivos de trabajo y allí, la antigua esclava morisca, vivió el sueño de su vida pensando que había sido aceptada como hombre en la sociedad hispana del XVI.

Y así hubiera sido si no fuera porque un personaje del pasado llegó a Ocaña. Se trataba de Ortega de Castro, superior del morisco en la compañía del Duque de Arcos durante la Guerra de las Alpujarras. El caso, en un principio llevado ante la Corte Real de Ocaña, fue reclamado por el Tribunal de la Santa Inquisición de Toledo basándose en que el delito de bigamia era competencia religiosa. Tras un breve forcejeo la Inquisición se hizo con el caso y con ello comenzaría el declive de la estrella nacida a la sombra de El Escorial, el cirujano Eleno de Céspedes.

Fuente primaria:

  • Legajo inquisitorial, AHN, 234,Exp.24

Fuentes secundarias:

  • Maganto Pavón, Emilio (2007), El proceso inquisitorial contra Eleno de Céspedes (1587-1588). Biografía de una cirujana transexual del siglo XVI, Método Gráfico, Madrid
  • Morales Estévez, Roberto (2012) «Eleno de Céspedes: el cóncavo reflejo de la historia», Espejo de brujas. Mujeres transgresoras a través de la historia, M.J. Zamora, y Alberto Ortiz (eds.), Madrid, Abada