Joannes Dantiscus Episcopus Culmensis

La corte de Carlos V vista por un humanista polaco

Por Miguel Conde Pazos (Universidad Alfonso X-IULCE)

La llegada al trono de Carlos V supuso un profundo cambio para la corte española, que pronto contempló la llegada de nobles y embajadores de Hungría, Austria, Prusia, Polonia e incluso Moscovia. Lugares remotos que, en muchos casos, apenas eran conocidos por las gentes de la península Ibérica, lo que dio como resultado una mayor vinculación entre las diversas partes de Europa. Uno de los personajes más eminentes que visitó la corte fue Juan Dantisco (Johannes Dantiscus), famoso humanista polaco, que entre 1519 y 1532 se instaló en España durante largas temporadas como embajador de Segismundo I.

Viajero empedernido (entre los lugares a los que acudió se cuenta la Inglaterra de Tomás Moro y la Alemania de Lutero), Dantisco fue uno de los mayores diplomáticos de su época, así como un destacado erasmista. También es considerado como uno de los pioneros del ideal de unidad europea y una de las principales figuras intelectuales del siglo XVI. En España, Dantisco residió en Valladolid, Toledo, Madrid, Córdoba, Granada y Barcelona. Es decir, en aquellos lugares donde se instaló la corte imperial. Allí su presencia pronto se hizo notable, sobre todo por las veladas que el polaco solía organizar entre los otros humanistas de la corte, donde las discusiones sobre ciencia, arte y política se entremezclaban con juegos, espectáculos y, en no pocas ocasiones, alcohol. En España, Dantisco estableció vínculos con varias personalidades de la corte y, de hecho, fundó una familia, teniendo una hija.

Su correspondencia, publicada en 1994, trata multitud de asuntos de carácter político, como las rivalidades dentro del círculo del emperador, pero también aspectos de la vida cotidiana. Su estancia, en cualquier caso, no siempre fue grata, como queda reflejado en sus cartas, viviendo auténticas penurias:

La mayoría de nuestra gente cree que aquí se vive con grandes lujos. Me alegro de haber conseguido un testigo que alguna vez le expondrá en qué consisten […] Una cosa es ser embajador ante V.S.M, otra serlo aquí. Entre nosotros los embajadores son acompañados, alojados, honrados por todos y no hay nadie que no desee ser tal. Aquí hay que correr, rogar, esperar, permanecer a la puerta y luego volverse sin haber sido recibido.

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Alhambre dicti ab oriente prospectus. (vista de Granada y Alhambra desde el Valle del Darro). Grabado en plancha de cobre hacia 1600, basado en el dibujo de Jorris Hoefnagel.

El polaco fue muy crítico con el constante ajetreo de la corte, la forma en que esta aposentaba a los enviados extranjeros y los precios tan altos que encontraba en la península. Así por ejemplo, en una ocasión escribió a su protector, el también humanista Piotr Tomicki:

Preferiría que en lugar de vino me enviasen leña, que aquí, en esta mísera España, es muy cara en el mercado como todas las demás cosas.

Durante sus viajes, Dantisco dedicó muchas líneas a describir los diferentes lugares que visitaba. Por ejemplo, de Granada destacó la imponencia de la Alhambra, pero también los problemas entre la población local, de origen musulmán, y las autoridades reales:

Para la búsqueda de alojamientos se estableció un nuevo sistema, a saber, que los adquiriéramos con dinero. Incluso así, difícilmente se pudo alquilarlos en una ciudad tan grande, pues casi en su mayor parte la habitan moros –sólo de nombre cristianos- que tenían miedo de todos los extranjeros, especialmente de los españoles.

Dantisco también habla de Madrid, cuestionando en concreto su ubicación como corte:

Aquí se vive, como antes he escrito más arriba, con no pequeños gastos y se vive bastante miserablemente. El pescado que aquí comemos es traído hasta aquí desde el mar a sesenta millas de las nuestras. El emperador con casi todos los principales de su Corte come carne. Esa es la razón por la que no se marcha a otros lugares más cómodos.

Como vemos, Dantisco no siempre se mostró generoso con la corte de Carlos V. De hecho, en sus cartas no deja de destacar la precaria situación en la que vivían muchos servidores, dado el constante atraso en las pagas. Esto puede resultar extraño, pues son años en los que el Emperador cosechó varios de sus mayores éxitos. Por ejemplo, en 1523 (es decir, dos años antes de la batalla de Pavia) escribió a su rey:

Aquí en la Corte reina la más pura pobreza por todas partes. No se ha pagado a casi nadie en quince meses, pero se vive gracias a diversas ayudas: algunos haciendo de parásitos, otros gracias al juego, la mayor parte con las ganancias de la prostitución y por otras formas inconfesables.

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Hernán Cortés retratado por Christoph Weiditz (c. 1528) Fuente: http://fortenochtitlan.blogspot.com.es/2014/08/hernan-cortes-portriat-ii-hernan-cortes.html

En cuanto a sus lazos con los ministros de Carlos V, el polaco estableció buenas relaciones con el canciller Mercurino Gattinara y con Alfonso de Valdés, así como con otros destacados erasmistas. De hecho, no era raro que en su correspondencia se refiriera al de Rotterdam como “nuestro Cicerón”. También tuvo enemigos, como Carlos de Lannoy o el secretario Jean Lallemand, quienes se convirtieron en obstáculos insalvables para su labor política.

Pero si hay una amistad que es recordada, esta es la que entabló con Hernán Cortés, habiendo un intercambio epistolar que se extendió durante años. Dantisco fue uno de los principales responsables de la imagen que se tuvo del conquistador en Centroeuropa, así como del propio Imperio Español en América. De hecho, uno de los primeros retratos que tenemos de Cortes, el realizado por Christoph Weiditz, se hizo gracias a las instancias del polaco, siendo este pintor un protegido suyo.

Johannes Dantiscus regresó a Polonia en 1532 para ocupar el obispado de Warmia. Desde allí, siguió manteniendo correspondencia con varias de las mayores personalidades del momento. Sin embargo, durante los años siguientes moderó muchas de sus ideas, sobre todo frente al problema confesional, mostrando una creciente religiosidad de corte española. Desde Polonia, además, se dedicó al estudió de la geografía, siendo América uno de los espacios a los que más atención prestó. Murió en 1548, destacando su descendencia española por sus dotes literarias.

 

Bibliografía:

Antonio Fontán y Jerzy Axer (eds.), Españoles y Polacos en la Corte de Carlos V. Alianza Universidad, Madrid, 1994.

  1. Potocki, La defensa de la unidad europea en la segunda misión del embajador polaco Juan Dantisco cerca del Emperador Carlos V. Ed. Maestre, Madrid, 1952.

Ryszard Skowron, Dyplomaci polscy w Hiszpanii w XVI i XVII wieku, Cracovia, 1997.