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Bienvenidos a La Herencia de los Reales Sitios: Madrid, de Corte a Capital (Historia, Patrimonio y Turismo). Este proyecto se propone contribuir al conocimiento, preservación y transmisión a la sociedad del patrimonio histórico, biológico y cultural de los Reales Sitios madrileños.

Hoy en día pocas personas, salvo un puñado de expertos, relacionarían los Sitios Reales con centros de innovación cultural, científica y tecnológica. Más allá de ser lugares de residencia, esparcimiento y ocio regio, los Reales Sitios fueron los lugares donde residió el poder político para las monarquías modernas europeas. Desde el Renacimiento saber y poder estuvieron siempre unidos. El gusto, la moda, el arte, el conocimiento y la ciencia se asociaban a ellos, pues se aceptaba su superioridad moral, científica y social, lo cual no es sólo adorno del poder, también lo legitima. Como tales centros, fueron lugares desde los que se generaron las pautas del gusto, las buenas maneras, la moda y la ciencia, contribuyendo al progreso de la sociedad y economía europeas, pues como lugares de innovación, a la vanguardia del gusto o del conocimiento sirvieron como lugares desde los que se distribuyeron nuevos productos, tejidos, alimentos o costumbres procedentes de otros lugares de Europa, América, África y Asia, como es el caso del chocolate, la patata, el tomate, etc.

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Dada la naturaleza de nuestras fuentes y nuestro material de trabajo, abordaremos diferentes aspectos que aparentemente no tiene relación entre sí, cosas que muchas veces se creen procedentes de la cultura popular y que, sin embargo, tuvieron su origen en el entorno de los Reales Sitios y la Corte. Hoy en día, por ejemplo, no concebiríamos una cocina sin patatas, legumbres o tomate frito, productos muy arraigados en la cultura popular pero que nacieron en las cocinas de los reyes. El caso más conocido es el de la patata y el cocinero de Luis XVI, Antoine Parmentier (1737-1813). Durante su cautiverio en Prusia, sobrevivió gracias al único alimento que le proporcionaron sus carceleros, un alimento que compartían con los animales: la patata. No pasó desapercibido para Parmentier el alto valor nutritivo de este tubérculo, lo que le impulsó a convencer a Luis XVI para cultivarlas en Versalles. Sería desde un Sitio Real y gracias al apoyo de un monarca, desde donde la patata se convertiría en un alimento profundamente popular. En España, el ejemplo lo encontramos en los famosos judiones de la Granja, que fueron importados por la reina Isabel de Farnesio, quien echando de menos una parte muy importante de su dieta en Parma, ordenó su cultivo en el Real Sitio de La Granja de San Ildefonso. Originalmente, las judías no procedían de Parma, sino de América y su popularidad en Italia se debía a un jardinero de Alessandro de Médicis, el canónigo Pietro Valeriano, quien realizó los primeros guisos de esta legumbre en Europa allá por el año 1528. La sobrina de Alessandro, Catalina de Médicis llevó varias arrobas de judías cuando se casó con el rey de Francia y el alimento acabó popularizándose en todas las cocinas aristocráticas y populares.

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Historia, geografía física y humana, botánica, zoología, actividades agropecuarias y cinegéticas, arqueología, urbanismo y arquitectura, colecciones artísticas y etnográficas, usos sociales y naturales, actos festivos, técnicas artesanales… Éstas son las materias sobre las que trabajaremos, permitiéndonos mostrar la actualidad e importancia de los Reales Sitios como generadores de riqueza, empleo sostenible y como un interesante polo de atracción turística, cuestiones que, hasta el momento, no han sido suficientemente valoradas.

Los lugares donde se experimentaron nuevas técnicas agrícolas, se introdujeron nuevos productos y se generaron nuevas costumbres, modas y tradiciones fueron los Reales Sitios que, más allá de la mencionada gastronomía, han modelado y transformado la sociedad de forma muy determinante. En este blog daremos noticia de los resultados de las investigaciones desarrolladas en torno a estos valiosísimos lugares en lo que se refiere a patrimonio material e inmaterial. Les invitamos a compartir con nosotros esta aventura en el conocimiento.